sábado, 30 de octubre de 2010

Dos de Noviembre: Dia de los difuntos

Para nuestros viejos abuelos indios, una importante ceremonia era la fiesta de los muertos. Ellos creían que los difuntos trabajaban activamente en la cosecha del maíz. Les ofrecían flores de color amarillo, color del rostro de los muertos. Flor de San Diego o flor de muerto, sardinillo, sacuanjoche, alimentos y dulces. En el barrio Monimbó de Masaya en los años 30, se rociaba de agua bendita las calles y las casas para alejar las ánimas en pena. Esto se acompañada de comilonas, rosquillas de maíz, tamales y cususa.

Era ritual perdonarse las ofendas y usar ropa nueva. Era un adiós al invierno. Se hacen adornos alusivos al día de los muertos: la corona, palmas, floreros arbolito y guirnalda. Para ocasiones especiales se hacen trajes de primera comunión, candelas, flores espalmadas, canastitas para purísimas y piñatas.

Cada adorno tiene su significado. La guirnalda por ejemplo es una coronita que lleva el difunto. Con florecitas blancas, chiquitas y delicadas alrededor de la corona. Blancas, porque el niño o la niña va vestido como que va dar su primera Comunión. En la niña vieja todo es blanco, porque es señorita. Cuando una niña vieja muere, el pueblo sabe si se gano o no su palma. La palma significa que no ha dado voces al mundo. Ella no ignora nada, todo oyó, todo vió, todo olió. Pero las voces de su cuerpo nunca las escuchó.

Va como su madre la echó al mundo, sin pecados. Entre los adultos, sólo ella puede tener todo blanco, pero si es en un hombre, es raro que llegue a niño viejo. El hombre es como todo adulto, común y corriente.

Lleva palma, arbolitos, corona, corazones. Pero todo de colores, pues todos tenemos pecados. Son los colores los que cambian para decir esto o lo otro. Este día la gente lleva de todo, flores de papel, de plástico y flores naturales. Es como revivirlo con cariño, sin tristeza. Va la familia, limpia la tumba, roza, se siembran palitos y se reza. Y se recuerda cuando estaba en vida. Se pasa todo el día en el cementerio. Ese día se le paga al Padre el responso. Ahí lo anda la gente, de arriba abajo mañana y tarde.

Las cosas en el cementerio están divididas como en la vida. Los ricos al frente, los pobres atrás. Los pudientes cercan de verja o murito. Pintan, ponen ángeles, cristos, vírgenes. El pobre no, sólo el terrón de tierra por tumba. Eso sí, bien limpito, con sus flores de San Diego, Crisantemo y Disciplina. Se siembra en la cabecera del difunto el palito de preferencia en vida. Además, que ese arbolito sirve de seña para saber dónde está el difunto, un terrón de tierra es igual a otro. La cuestión del arbolito, es porque hay gente que en vida le tuvo mucho cariño a los árboles, se miraba en ellos. Se siembran jocotes, nísperos. Este Día de los Difuntos es especial, pués recordamos a nuestros seres queridos. Pero muchos de nosotros, recordamos a quien fuera en vida con cariño, dolor y nostalgia.

Añorando tal vez no habernos acercado, apoyando y haber tenido más comprensión cuando estaba vivo. Estando en la tierra es que nos necesitamos, no en el otro mundo.