viernes, 4 de abril de 2008

Sacuanjoche, flor nacional de Nicaragua

La flor nacional pertenece a la familia de las Apocynaceae y su nombre científico es Plumeria rubra, es un género que presenta aproximadamente seis especies de las cuales se conocen unas 30 variedades, que se distinguen por el color de sus flores que van desde el rojo púrpura hasta el blanco.

Sacuanjoche es la flor de mayo, la flor de sarta. Florece en toda Nicaragua, pero también crece en muchos países donde hay climas como el nuestro. Desde México hasta Panamá y al norte de Venezuela, incluso se puede encontrar en las islas de Cuba, República Dominicana y Martinico.

En Guatemala es la nicte de monte, en Costa Rica cacalojoche, en Panamá es la caracucha, y en México es la cacaloxochilt.
El nombramiento de la flor nacional tiene un origen religioso, similar al caso del madroño. Después de la primera epidemia de cólera que azotó al país, un obispo leonés dispuso que se debía adornar la Purísima Concepción de María con flores de madroño. En el caso del Sacuanjoche algunos lo utilizaron con este fin, sin embargo las personas de los pueblos decidieron adornar los altares de sus casas en tributo a sus santos patronos.

Hay de varios colores y formas. Como el árbol es lechoso, en el poblado de Jocote Dulce, Managua le dicen palo de leche y a su flor, la flor de leche. Pero además se le conoce con otros nombres: flor de sarta o flor de la cruz. El árbol y la flor de Sacuanjoche tienen un uso meramente estético, en otros países se utiliza para la construcción

La flor nicaragüense se caracteriza por su color blanco hueso con centro amarillo, sus hojas son simples y alternas, tienen una lámina de 12 a 15 centímetros de largo, un borde liso y un haz lampiño de color verde claro a oscuro.
El árbol de Sacuanjoche tiene una altura de 15 metros, con ramas gruesas y látex lechoso, su corteza es externa y de color grisáceo, lisa y brillante que se torna áspera y agrietada con la edad.

Hace algunos años el árbol de Sacuanjoche no se valoraba como una especie forestal por algunas desventajas en comparación a otras especies como el madroño (árbol nacional), que puede utilizarse para plantaciones con fines energéticos, postes, madera para construcción, entre otros usos.

Sus frutos son similares a una vaina, ligeramente curvos que cuando se maduran se abren y sueltan muchas semillas aladas y pequeñas que ayudan a su dispersión.

En el continente asiático se le conoce al Sacuanjoche como “flor de templo” y se ocupa con frecuencia como planta ornamental en los templos y de adorno en el cabello de las bailarinas de algunos sitios religiosos.

Algunas historias cuentan que nuestros antepasados bañaban a los recién nacidos en los azahares del Sacuanjoche.

Los mayas atribuyen al Sacuanjoche, y específicamente a su fruto, un concepto divino, por cuanto observaron que de un solo péndulo le salían dos vainas, lo cual era representación simbólica de un principio vital común, que da origen a dos géneros distintos, uno masculino y otro femenino.

Por decreto número 1890 que aparece publicado en La Gaceta, Diario Oficial, número 194, del 27 de agosto de 1971, la flor de Sacuanjoche fue declarada Flor Nacional. Algunos historiadores afirman que el nombre de esta flor obedece a un vocablo azteca dividido en dos: Zacuani: pluma preciosa amarilla y Xochitl, flor.

jueves, 3 de abril de 2008

Las Morongas

¿¿¡Tu mamá mata chancho??? ¿¿¿Le tenés miedo a la sangre???

Las buenas morongas son empacadas en las tripas del cerdo.En la actualidad poco se acostumbra meter las morongas en tripas. Más se usa la hoja cocida de Chagüite.

Se compra la hoja cocida de chagüite y para hacerla un cartucho redondito, la enrolla en la hoja una botella, en una punta haces un amarre de nacatamal. Queda el cartucho listo para llenar.

Ahora se hace el relleno: consigue sangre de cerdo fresquita, o sea, sangre de cerdo recién matado. Se pone a reventar unas dos libras de arroz en bastante agua, hay que cocerlo pero que no le quede todo desfloronado, con sólo que le entre el diente al grano.

Se agarra el balde de sangre y se quebranta, pues la sangre se hace pelotas. Al quebrantar la sangre sale sanguasa, esta se bota, si no, queda fea. Con la sangre quebrada y sin sanguasa, se revuelve el arroz sin agua, escurrido.

Se le echa bien picadito lo siguiente: yerba buena, chiltoma, cebolla, chile, sal, en la revuelta queda un sabor tremendo, se le da el punto probándolo así crudo. Ahora, se vierte la mezcla en el cartucho y se le va dando golpecitos en las paredes para que quede el cartucho bien relleno y así tener unas morongas sólidas. Antes de llenar, se cierra y aprieta bién, amarrándola igual que en la otra punta.
 
Mientras tanto, hay que tener un perol con agua pero que esta comenzando a hervir, para así, al tener todos los cartuchos listos, rellenos, socaditos y bien amarrados, se deja ir en el perol uno por uno y quedan allí en el fuego por unas 2 horas.

Ahora se sacan las morongas y se dejan enfriar, ya frías se rodajea para freírlas en pura manteca de cerdo, porque es lo que les remata el gusto. Como alternativa,  a veces se usa manteca vegetal pero no quedan tan ricas, ricas, como las que les describí.

¡Humm… delicioso!

Los gofios para las purísimas

 
Estos sabrosos dulces son muy fáciles de hacer y su costo es muy barato, forman parte de la tradición nicaragüense y se reparten en la celebración de "La Purísima", que tiene lugar del 28 de noviembre al 7 de diciembre de cada año.

El procedimiento para preparar estos dulces que se reparten en la mencionada celebración, es muy sencillo:

INGREDIENTES. (Para 100 unidades de gofios)
1 cuartillo de maíz
1 libra de jengibre
2 atados de dulce
1 cucharada de anís

PREPARACION.
Tostar el maíz en un comal de barro a fuego lento, cuidando que no se pase el tostado y que quede parejo. Luego proceda a molerlo, advierta que lo desea para alfajores o gofios para que se lo dejen grueso o payaste. De este mismo maíz tostado aparte una porción para molerlo como pinol que luego servirá para rociar los alfajores.

Para hacer la miel se pone a cocer el dulce y el jengibre rayado en dos tazas de agua. Póngalo a cocer a fuego lento hasta que tenga consistencia espesa, déjelo que se enfríe y revuélvalo con el pinol molido.

Una vez revuelto el pinol con la miel se amasa muy bien, luego se extiende sobre una mesa en tiras y se procede a cortarlo en forma rectangular. Los trozos puede colocarlos sobre una bandeja a la que le pondrá pinol blanco y luego colocará los alfajores que también serán bañados de pinol.

¡¡¡Mmmm.... deliciosos dulces!!!

El Madroño: árbol nacional de Nicaragua

(Calycophyllum candidissimum)

Las razones que lo convirtieron en Árbol Nacional, se debe a que tiene que ver con su aporte a la celebración de la Purísima Concepción de María y su inconfundible olor.

Se han impulsado fuertes campañas por varios organismos ambientalistas para salvarlo. Se establecieron viveros de madroño en muchas alcaldías del país y fue sembrado en parques, bulevares, escuelas y cooperativas de la jurisdicción y se realizaron concursos para premiar a la finca que tuviera más madroños.

Hoy no hay bosques de madroño como en 1970, pero definitivamente hay más árboles que en 1990 cuando casi estuvo en peligro de extinción, ahora el madroño está más distribuido en todo el país.

El madroño se desarrolla a temperaturas de 26 grados centígrados, con promedio de precipitación anual entre 1,200 y 1,700 milímetros, entre los cinco y los 500 metros sobre el nivel del mar. En Managua se pueden apreciar varios de estos árboles en la Avenida de las Naciones Unidas.

Crece comúnmente en la Costa del Pacífico y cuando florece (en los meses de noviembre a febrero) adquiere el aspecto de una masa blanco cremosa uniforme, que lo destaca entre las tonalidades verdes del bosque seco tropical.

Sus ramas en esa época, cortadas en tamaños adecuados, se usan para adornar altares de la Purísima; y la sutil fragancia de sus flores se incorpora al humo del incienso, al fervor de los cantos y a la algarabía popular.

Al Madroño se le da el nombre de Harino y Alazano en Panamá; de Urraca en Honduras; de Camarón en México; de Sálamo en Costa Rica, así también se le denomina en algunas regiones de Nicaragua. Crece en México, Cuba, Centroamérica y hasta la parte norte de la América Sur, con altura media de 15 a 20 metros; de ramas flexibles, color rojo marrón, lustrosas, generalmente con escamas.

Su fina madera es pesada, fuerte, de grano fino, elástica y fácil para ser elaborada; se emplea en mangos de herramientas, postes, leñas y carbón. Los ranchos de antes lucían tirantes, soleras y cumbreras del fuerte madroño. En los Estados Unidos se fabrican arcos con ella. su combustión presenta poca emanación de humo.

En diciembre los árboles de algunas zonas del mundo se cubren de nieve y en Nicaragua, los Madroños se visten de blanco. Durante los primeros diez meses del año pasan casi inadvertidos, confundiendo su verde con el verdor de los demás árboles.

En noviembre, empieza a clarear sus hojitas, hasta vestirse todos del manto níveo, blanco, que los caracteriza. Saludan los aires dicembrinos con el cimbrear de su silueta que, de lejos, parece una vela agitándose en el mar verde del follaje campestre, proclamando al viento el privilegio de ser el árbol nacional de Nicaragua.

Los madroños huelen a Diciembre, evocan golosinas, petardos y sones de Pascua. Los diciembres huelen a madroños en flor.