Escrito por Freddy Potoy Rosales (La Prensa, Nicaragua)
En el libro Blogs y la Ley de Paretto, la Democracia, y la Meritocracia en la Blogosfera, justamente se aborda este tema de Internet que está revolucionando medios, empresas y ciudadanos. Esta valiosa obra de autoría compartida por Octavio Rojas, Julio Alonso, José Luis Antúnez, José Luis Orihuela y Juan Varela, da los suficientes elementos como para debatir alrededor de la naturaleza de los blogs y justo ahora que los mismos se han convertido en un gran conglomerado en la red.
Los autores de esta obra también dan pie para discutir sobre la democracia en la blogosfera y el blog en la empresa visto desde la perspectiva de una economía de bienes de prestigio.
Siempre ha sido una preocupación el derecho de la libertad de expresión y el Internet no escapa de este tema. En el mundo actual hay preocupación por mantener la libertad de expresión de las personas dentro de la red, como un derecho inalienable, pero eso no da licencia para abusar.
Hay quienes estiman que “nadie debería juzgar o impedir que alguien escriba o que algo se escriba, a no ser que un juez establezca que se está cometiendo un delito tipificado por el Código Penal...”
Sin embargo, en algunas partes del mundo, como en Estados Unidos, el asunto no es tan así y prueba de esto es lo que está pasando con la justicia estadounidense que intenta definir los derechos y obligaciones de los “bloggers” (autores de páginas personales en Internet), a raíz de un conflicto entre tres de éstos y la empresa de informática Apple.
Ante la explosión de “blogs” y el papel cada vez más importante que juegan en el panorama informativo no sólo de este país sino en todo el mundo, parece una tarea urgente perfilar hasta dónde llegan los derechos y las obligaciones de quienes los suscriben. Según Apple, estos “bloggers” filtraron secretos comerciales de la compañía informática y los publicaron en sus respectivos medios independientes.
Entonces, ¿estas personas tienen o no derecho a que se proteja su identidad? Deben ser protegidas o no bajo los mismos principios de los periodistas, o simplemente infringieron la ley y deben asumir las consecuencias? Éste es el debate que se enfrenta en Estados Unidos.
Más allá de quién es el autor de la bitácora (periodista o no), Estados Unidos pone el punto sobre la llaga, y es la seriedad y responsabilidad que se debe tener con el contenido que se revela en este instrumento poderoso de comunicación.
No se trata de establecer estatutos para periodistas, profesionalización del periodismo por Internet o establecer un sistema de censura, ni permitir la publicación de quienes estén acreditados y no sean mentirosos, se trata de ser responsables con lo dicho en la red, porque hay millones de personas que pueden creer lo que un blogista escribe, y quizás, éste no esté ajustado a la verdad o sencillamente vulnera un bien jurídicamente protegido.
Es así que los blogs deben ser asumidos con mucha responsabilidad por los periódicos y prever las ulteriores responsabilidades que se desprendan de lo dicho por un blogista que publica su contenido en determinada empresa periodística.
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