miércoles, 19 de marzo de 2008

Alfombras Pasionarias de Federico Quezada Morán



En Sutiaba, Nicaragua, como ocurre en diversas ciudades de tradición cristiana, los habitantes elaboran, para las fiestas de Semana Santa, alfombras hechas de flores o aserrín, y las exhiben sobre las calles de la ciudad. La temática es sacra, relacionada a la vida y al sufrimiento de Jesucristo. Hechos en aproximadamente cinco horas, esas obras de arte rápidamente se deshacían con los pasos de los romeros.
 
Desde chavalo acostumbrando a ver esa manifestación, el artista plástico nicaragüense Federico Quezada se impuso un reto: lograr congelar las obras para que el turista pudiera llevarlas y ponerlas en su casa o en la oficina.

El artista creó así, en 1998, una nueva técnica, llamada Aserrín Ecológico Permanente (Aecop). Como estaba enfermo para las Fiestas de Semana Santa y no podía hacer las alfombras directamente en la calle, las empezó a construir sobre una mesa antes de colocarla en el piso para la procesión.

Así las alfombras salen del suelo y pasan a las paredes, rescatando una cultura de 60 años en Sutiaba y de más de un siglo en el país. La técnica es ecológica, porque las sobras de madera, con la técnica Aecop, pueden ser recicladas, originando lindas obras de arte.

Como el aserrín, al ser lanzado por madereras, es altamente contaminante y, al ser quemado, trae serias consecuencias a la salud de la población, deteriorando la camada de gas ozono, el uso del material en una manifestación artística es bienvenido y presenta un elevado potencial de exportación.

El Aecop utiliza apenas aserrín y pegamento. Por lo tanto, es una técnica más barata que la tinta acrílica o acuarela y de rápida realización, pues una obra tarda sólo una semana y media para estar bien realizada y terminada, teniendo como tema escenas del Pecado Original o del Bautizado de Jesús.

La técnica Aecop presenta varios pasos. Inicialmente, coladores son utilizados para separar el aserrín en distintos tamaños, para obtener los más grueso y finos. Después, el material recibe diversos colores y puesto a secar, en la sombra o en hornos.

Mientras tanto, el artista dibuja sobre una base de madera las imágenes que desea concretar. Prepara también un tipo de pegamento que será mezclado con el aserrín previamente pintado. El resultado es la masa con la cual el cuadro es elaborado.

El resultado presenta características del arte popular, como ausencia de perspectiva, colores bien definidos. Las alfombras, por lo tanto, pasan del piso a las paredes con los mismos componentes, la misma textura y los mismos colores tradicionales.

Con su técnica innovadora, Federico Quezada transforma su arte en algo eterno, propiciando que imágenes antes destruidas por los pasos humanos, integren el cotidiano de las personas en diversos ambientes. El artista eterniza su trabajo y, al enseñarlo a los más jóvenes garantiza la perpetuación de esa forma de arte —la creación de figuras con aserrín— extremamente original y de fuertes características populares, creada a partir de una de las fiestas más importantes entre los cristianos, la Semana Santa, marcada por el sufrimiento de Cristo en sus pasos al calvario para salvar a la Humanidad.

Ver otros artículos:




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente la idea de crear arte de una materia contaminante y gracias por el articulo.
Federico Quezada

Anónimo dijo...

Según los conocedores de este arte, sos el pionero de trasladar las alfombras de aserrín del piso a las paredes.

¡Muy buen aporte, a nuestra cultura!